El conflicto pone límites a la toma de deuda

El conflicto en Medio Oriente continuará su onda expansiva, aunque con menor fuerza si la escalada bélica se detiene. La inestabilidad de la economía nacional quedó aún más en descubierto, ante este contexto. El mecanismo de endeudamiento al que está habituado el Ejecutivo, a cargo de Javier Milei, parece haber encontrado otro límite: las dificultades de acceso al crédito y las variaciones en los precios internacionales.

La guerra, con la reciente intervención de los Estados Unidos, amplió la preocupación en las economías de todo el mundo. En las tapas de los diarios y en los análisis de los gobiernos y de instituciones globales aparecen problemas como crisis energética, topes al financiamiento y aumentos de precios. Los países con mercados más desregulados tienen, entonces, menos herramientas para defenderse ante este tipo de convulsiones que involucran a las grandes potencias.

Cuando un país estornuda, Argentina se resfría. La frase podría aplicarse nuevamente en este momento histórico, donde prevalecen la apertura económica y el corrimiento del Estado hacia un modelo de especulación y renta. “Para una Argentina que tiene 11 meses de cuenta corriente negativa, licuación creciente del saldo comercial y un superávit financiero mentiroso -porque en la práctica los intereses que se van capitalizando por deuda generan déficit-, y necesita sostener todo el andamiaje de una política que hace ficción con el 1,5 por ciento de inflación en base al incremento sistemático del endeudamiento, cualquier shock externo de carácter negativo pone límites a la capacidad de tomar deuda”, explicó a PáginaI12, el economista Claudio Lozano.

Hace pocos días, la expresidenta Cristina Kirchner afirmó ante la multitud que la escuchaba desde Plaza de Mayo: “Mientras esto sucede (por su detención), el impresentable de (Luis) Caputo alquila dólares para simular que tiene reservas. Más chanta no se consigue. El verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro y por eso es que estoy presa”.

La capacidad de endeudamiento del país encuentra techo en la guerra. “En el corto plazo el efecto más importante es en lo financiero y ahí las subas de tasas de interés y la corrida hacia activos seguros, va a perjudicar el financiamiento de argentina (sube riesgo país y tasas de interés pagadas). Hay que ver hasta dónde llegan las consecuencias, luego del cese al fuego anunciado este lunes”, aseguró a PáginaI12, Agustín Lodola, economista y director del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial.

Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) informaron a la baja las proyecciones de crecimiento global y regional, y advirtieron sobre posibles situaciones de estanflación y retraso en la reducción de las tasas de interés por parte de los bancos centrales de diferentes lugares.

“Los principales impactos para Argentina, dependiendo de lo que ocurra en los próximos días, serán el incremento del precio del petróleo y mayor aversión al riesgo por parte de inversores, lo cual aumentará el riesgo país y generará mayores dificultades de acceso al crédito para empresas y depreciaciones de las monedas de los países de la región. Todo ello ralentizará el crecimiento y posiblemente dificultará la baja de la inflación”, señaló a PáginaI12, Mariano Kestelboim, economista y docente.

La variación al alza en el valor de los combustibles se traslada inmediatamente a las cadenas de producción y consumo, por eso estaba entre las inquietudes principales. Los productos de las canastas de bienes y servicios tienden a absorber ese porcentaje y se escapa el número de inflación que el Gobierno dice mantener a “raya”. Mientras, las estadísticas muestran caídas del gasto en compras de productos básicos.

Según el Indec, el índice de ventas físicas en los supermercados se ubicó en 81,6 en abril pasado, por debajo de cualquier mes del 2023. Dato mata relato o arroja luz sobre las inconsistencias de la política económica oficial.

“En lo productivo, habrá que esperar que el precio del petróleo se estabilice y eso puede hacer más rentables algunos proyectos de Vaca Muerta; pero no creo que mueva mucho los negocios porque son inversiones de largo plazo”, opinó Lodola.

La suba del precio de los hidrocarburos podría, dependiendo de cómo se despliegue el proceso, “ampliar el superávit energético de la argentina, pero con costos internos importantes porque aumentan los combustibles y la tasa de inflación”, indicó Lozano y concluyó que tanto las decisiones de la administración de la Libertad Avanza como el escenario en Medio Oriente: “complican el desarrollo productivo e industrial del país y, por lo tanto, a los niveles de actividad económica”. 

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