La mudanza terminó. La casa nueva todavía está con las cajas llenas de cosas por acomodar. Los ambientes parecen raros, todavía no son familiares. Hay que terminar de amigarse con todos esos espacios nuevos. El aroma es diferente y, de a poco, cada cuestión tendrá su lugar definitivo. Todo se irá acomodando. Las visitas empezaron a llegar y el estrés de que todos estén cómodos se vio en la cara de los anfitriones. Pero ya está, Atenas. Ya está. Está la casa nueva. Y vos, Griego, estás donde tenías que estar: en la Liga Nacional.
El equipo de barrio General Bustos hizo realidad ese mote. De General Bustos más que nunca. Allá lejos quedaron los partidos en el Corazón de María en aquella naciente Liga Nacional. Y más en el corazón todavía tanta noche de gloria en el Polideportivo Cerutti para que el nombre Atenas rompiera todas las barreras.
Pero detrás de este anhelo hecho realidad del estadio propio hubo mucho esfuerzo. En 2001, en plena ebullición de un club que se había transformado en el mejor representante del deporte de Córdoba, se anunció un faraónico estadio en el predio del ex Batallón 141. Sí, 2001… Y sobran las palabras. En 2005 surgió otra idea: la de hacerlo en casa. En la histórica sede de Aguado y Galeotti. Primero con algo chico, terrenal, para 1800 espectadores. El proyecto creció, pero también se fue demorando. Los recursos fueron una complicación y mucho de ese dinero se usó en otras necesidades. Pero ya está.
Anoche, el estadio Estructuras Pretensa Atenas tuvo su primer partido oficial de básquet. Fue en la noche del regreso a la Liga Nacional del más ganador del básquet argentino. El nombre suena raro, pero es parte del convenio que el club hizo con esta empresa cordobesa que llevó adelante la estructura del flamante coliseo. Jugando con la sigla de la denominación, EPA, qué estadio.
Hay que terminar de organizar algunas cuestiones. Acomodar detalles. Faltan los banderones que hagan honor a tanto logro obtenido, como hay en el Cerutti. Es que son el recuerdo que atestigua lo que toda Córdoba siente orgullosa.
Estuvieron algunas viejas glorias, como Mario Milanesio, Diego Osella, Bruno Lábaque, “el Gringo” Pelussi, Donald Jones o “el Mili” Villar. Faltaron otros nombres muy rutilantes. La ausencia de Marcelo Milanesio sigue doliendo por todo lo que representa. Tampoco pudo llegar “Pichi” Campana.
Los que no faltaron fueron los hinchas, que le dieron un marco tremendo al EPA. Mucha gente para copar populares, preferenciales y plateas con bandera, gorro y vincha. Al principio, a todos les costó acomodarse. Pero, de a poco, el sentido de pertenencia fue aflorando. Como lo tendrá que tener el equipo en su regreso a la Liga Nacional. Como los hinchas al estadio, el Griego se tendrá que acomodar a la divisional.
Pasó el estreno. Pasó el regreso. A seguir trabajando para que todo pueda estar en su lugar. En General Bustos y en la Liga Nacional.