Luis Caputo analiza 2 opciones para sumar dólares el Banco Central

En las últimas horas, el Gobierno aceleró la posibilidad de cerrar acuerdos que le permitan incrementar las reservas del Banco Central. Si bien la idea de construir «puentes» de dólares para postergar la apertura del cepo es innegable, los funcionarios prefieren moverse con discreción para evitar que un mal paso genere confusión en el mercado financiero.

Luego del traspié provocado en junio último, cuando Luis Caputo convocó a una conferencia de prensa que generó confusión entre financistas y se disparó la brecha cambiaria, ahora cada paso se analiza al detalle.

Reservas del Banco Central: Luis Caputo analiza 2 alternativas para sumar dólares

Concretamente, al día de hoy existen al menos dos alternativas que van en el mismo sentido: sumar dólares a las reservas en el corto plazo, con el objetivo de quitar incertidumbre y abrir la puerta a una baja del «riesgo país».

Una refiere a un «REPO», un préstamo de corto plazo otorgado por un club de bancos garantizado por oro y, eventualmente, por títulos de la deuda soberana.

La otra chance tiene que ver con un instrumento que el Gobierno podría ofrecerle a los ahorristas que entraron al blanqueo y que tienen sus dólares depositados en cuentas especiales en los bancos del sistema financiero.

Las últimas novedades sobre el REPO

La posibilidad de concretar un «repo» con el Banco de Basilea siempre está abierta, dice a iProfesional un exfuncionario que conoce al detalle el funcionamiento de los organismos internacionales.

«Para eso llevaron el oro a Europa. En algún momento se va a concretar. Disponer de u$s3.000 millones en el BIS es un estándar. Se trata de una línea que en los últimos 20 años estuvo abierta», completa la fuente consultada por iProfesional.

En todo caso, la negociación, ahora, involucra también a otros bancos internacionales, que estarían dispuestos a darle liquidez a la Argentina.

Las conversaciones van a determinar el costo de esa operatoria. Los funcionarios argentinos se muestran muy cuidadosos de esa variable. Una tasa onerosa podría ser interpretada en el mercado como una debilidad extrema, más que como una señal de fortaleza.

Fue lo que sucedió en los últimos tiempos de la convertibilidad, cuando el Gobierno de Fernando de la Rúa consiguió un megacanje de bonos, que implicó hacerse cargo de un sobrecosto imposible de pagar. Y que además terminó judicializado y con exfuncionarios demandados en los tribunales.

Por eso mismo, las conversaciones son muy puntillosas y el Gobierno no termina de cerrar trato. Con un índice «riesgo país» al borde de los 1.300 puntos, los bancos no quieren prestar dólares a una tasa de mercado, que genere confianza. «Puede terminar como un tiro en el pie. En vez de ayudar, todo se puede complicar», razona un calificado consultor de la City.

Blanqueo: ¿se vienen nuevas Letras en dólares?

Una de las alternativas evaluadas en los despachos oficiales es la emisión de Letes (Letras en dólares), con el objetivo de captar una parte de los dólares que fueron al blanqueo, y que hoy se encuentran en los bancos.

Desde que arrancó el blanqueo, ya ingresaron al sistema financiero alrededor de u$s12.000 millones, un monto que excede la previsión de los más optimistas. Incluso del propio Gobierno.

Son dólares que salieron de los colchones y de las cajas de seguridad y que ahora -ya ingresados al sistema- podrían buscar nuevos destinos: ya sean inversiones financieras o inversiones en la economía real o directamente el consumo.

Para esto último, Economía habilitó distintos destinos fáciles a los cuales transferir el dinero.

Para las opciones financieras, el Gobierno evalúa una ampliación del menú: Letras de corto plazo, obviamente en dólares, que podrían generar una renta que se encuentre a mitad de camino entre las Obligaciones Negociaciones (títulos de empresas), que van del 5% al 9% anual, y el rendimiento que podría conseguir el Estado nacional en una colocación dolarizada.

Fuentes del mercado estimaron que esa tasa podría situarse entre 6% y 10% anual. Un rendimiento para nada desechable.

Para el Gobierno significaría «tomar prestadas reservas netas» a corto plazo, y así poder cumplir con las metas impuestas por el Fondo Monetario. Y, eventualmente, conseguir una rebaja del «riesgo país», que ponga a Economía en camino a la refinanciación de los vencimientos de deuda pública.

Las decisiones aún no se plasmaron, a la espera de la evolución del blanqueo. No sea cosa que una mala comunicación termine por perjudicar cualquier plan amistoso con el mercado.

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