El ciclo de Diego Martínez quedó en jaque, pero no se salvó nadie: las críticas llegan a todos en Boca

Boca desnudó todas sus miserias en el clásico y sumó una nueva frustración en un 2024 para el olvido. La derrota frente a River dejó en evidencia los errores de planificación en el mercado de pases, las limitaciones del entrenador y la apatía de un plantel valioso pero falto de rebeldía. No se salvó nadie: jugadores, dirigentes y cuerpo técnico quedaron en el ojo de la tormenta tras la dura caída en casa (la primera en el ciclo de Diego Martínez), Sergio Romero casi se va a las manos con un hincha y hasta el presidente de la Nación opinó en las redes sobre el mal momento que vive Boca. El DT ató su continuidad a la voluntad de la dirigencia, que se tomará unas horas para definir los pasos a seguir.

Boca jugó su peor partido en el año y profundizó una crisis que parece no tener fondo. Relegado en la Liga Profesional (11º sobre 28 equipos), afuera en octavos de final de la Copa Sudamericana y fuera de la zona de clasificación a la Copa Libertadores, el Xeneize completó casi todos los casilleros para redondear un 2024 alejado de las expectativas y con problemas en todos los ámbitos. El equipo casi no pateó al arco a lo largo de los 90 minutos, arañó el milagro con el gol anulado a Milton Giménez y dejó el campo reprobado por sus hinchas.

Un saludo triste: Boca se fue derrotado y confundido de su propio estadioMarcos Brindicci

Las esquirlas de la derrota también alcanzaron a los referentes: Marcos Rojo y Pol Fernández fueron reprobados por la Bombonera y Chiquito Romero tuvo un fuerte cruce con un plateísta (luego se disculpó) que le valió una contravención de la Policía Federal y, tal vez, una multa económica de parte de la institución. Postales de una tarde negra apenas maquillada por la polémica del final.

Es que antes de ese gol de Giménez que Nicolás Ramírez anuló a instancias del VAR, el ambiente se cortaba con cuchillo: silbidos a los referentes, cuestionamientos al DT y aroma a fin de ciclo. De Martínez, fundamentalmente, pero también de la mayoría de los jugadores de experiencia. Con Pol Fernández la situación ya no tiene vuelta atrás. Su salida a los 39 minutos del segundo tiempo para que ingrese el juvenil Milton Delgado marcó seguramente el final de su etapa en el club, por más que su contrato caduque en diciembre. Rojo, que volvió a merodear la expulsión, se retiró entre murmullos. Y Romero, que casi comete un blooper en la primera mitad cuando pifió un rechazo en posición de líbero, terminó poniéndose cara a cara con los hinchas y castigado duramente. Un combo explosivo que denotó tras el pitazo final y que podría llevarse a puesto a varios jugadores históricos.

Cristian Lema protesta por el gol anulado a Milton GiménezSantiago Filipuzzi

“Sé que los resultados son muy importantes para las gestiones. Nosotros como cuerpo técnico y yo como entrenador estamos con fuerzas para seguir intentándolo, logrando objetivos, pero quiero lo mejor para Boca y eso lo veremos entre todos”, dijo el entrenador. Diego Martínez dirigió 44 partidos en Boca y ganó menos de la mitad de los partidos: 20 victorias, 15 empates y nueve derrotas. No ganó títulos ni jugó finales. Aún tiene vida en la Copa Argentina, en la que Boca aún debe enfrentar a Gimnasia en los cuartos de final. “Estamos en un punto de dificultad. En la Copa de la Liga perdimos en semifinal, en Copa Sudamericana quedamos eliminados, hoy estamos lejos del campeonato. Cuando analizás las razones, desde el juego, el equipo no lo mereció, sobre todo contra Racing y River”, analizó, y se comprometió a “intentar dar más”.

Ahora la pelota la tendrá el presidente Juan Román Riquelme, que perdió su status de ídolo intocable y quedó también en el ojo de las críticas por la elección de los DT, el armado del Consejo de Fútbol, la calidad de los refuerzos (solo Ignacio Miramón formó parte del 11 titular, mientras que el resto estuvo en el banco) y su excesivo respaldo a los referentes. Los efectos de la derrota escalaron a las más altas esferas de la escena nacional. “En la economía, como en la vida misma, podés hacer todo lo que quieras, lo que no puedes es evitar pagar los costos”, disparó Javier Milei en X junto a una foto de la Bombonera en la que aparece una bandera gigante con la palabra “Román”, en clara referencia al mandamás xeneize. El presidente es un férreo opositor a Riquelme: fue a votar en las elecciones y apoyó abiertamente al economista Andrés Ibarra, el candidato del macrismo.

El próximo partido de Boca será el sábado como visitante de Belgrano. El plantel está citado en Ezeiza el lunes por la mañana para volver a practicar, aunque el domingo será un día movido de cara al futuro más inmediato. Riquelme fue quien eligió a Diego Martínez y el viejo mandato dirigencial indica que ningún técnico de Boca debe dejar su cargo tras perder un superclásico. Sin embargo, los hinchas exigieron decisiones drásticas. ¿Es Martínez el único responsable de la crisis en Boca? No, aunque el entrenador suele ser el fusible elegido por los clubes para “descomprimir” escenarios desfavorables.

Boca está roto y Riquelme tendrá la difícil misión de unir las piezas para volver a construir un equipo sólido y una conducción sin fisuras. River le quitó el velo a una gestión deficiente y Boca tocó fondo cuando menos lo deseaba.

La fiesta de Boca estuvo en las tribunas, antes del partido… Marcos Brindicci
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