Condenan al ex rector Cerisola en la causa YMAD, sigue la lucha contra la megaminería contaminante y la democratización universitaria

A 15 años del inicio de la causa por malversación de fondos contra el ex Rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Juan Alberto Cerisola, la Justicia Federal lo declaró culpable del delito de incumplimiento de funcionario público, y coautor del delito de defraudación contra la UNT. La sentencia es de 3 años y seis meses de prisión, pero no será aplicada, bajo fianza de 39 millones. Además del ex rector, también fueron condenados un grupo de ex funcionarios: Olga Cudmani (ex titular de la Dirección de Construcciones Universitarias) y Osvaldo Venturino (ex Director de Inversiones y Contrataciones). En el caso de Luis Fernando Sacca (ex subsecretario de Políticas Administrativas y Gestión), quedó absuelto.
La causa que venía desarrollándose desde hace más de una década es por el desvío de fondos en el periodo que va del 2006 al 2009, donde se los encontró responsables del desfalco de más de 84 mil millones de pesos que debían ir a obras de infraestructura universitaria. La procedencia de esos fondos, era el saqueo que la multinacional Glencore (en ese momento La Alumbrera) realizaba en la localidad de Andalgalá, provincia de Catamarca.

Para seguir esta historia es importante recordar que el YMAD (Yacimiento Minero Aguas de Dionisio) tiene una administración tripartita entre la UNT, la provincia de Catamarca y la empresa privada contratada, en este caso Glencore. Esos fondos también son distribuidos entre las tres partes. En el caso de la UNT, el recibo de fondos no ha cesado en los últimos años, sino que ha ido cambiando de manos. El problema de la democratización universitaria, así como la denuncia al saqueo extractivista, son más urgentes que nunca.

La pelea por democratizar la universidad pública

En momentos de ajuste a la educación pública, de paros de la docencia universitaria que pelea por sus salarios y de recortes a becas de investigación, el cierre de la causa del YMAD aparece para poner en cuestionamiento cómo se administran los recursos. La casta de recortes y autoridades radicales, como el caso de Cerisola, y peronistas que gobiernan aplicando el ajuste en las aulas y en los planes de estudio no pueden hacerse las distraídas. El reclamo por la democratización universitaria es muy importante también para pelear contra aquellos que como Javier Milei, quien utiliza hechos de corrupción para atacar a la universidad.

Si algo demuestra la causa del YMAD es que docentes, estudiantes y no docentes somos muy ajenos a las decisiones de cómo se maneja el presupuesto. Más bien la comunidad universitaria en su conjunto sufre las consecuencias de cómo esta casta de autoridades administra a su antojo y antidemocraticamente, de espaldas a la mayoría de la comunidad universitaria y de la comunidad toda, los recursos.

Es por eso que desde la Juventud del PTS, presentes en la UNT como alternativa de izquierda, planteamos que democratizar la universidad comienza por poner en discusión que los estudiantes, que somos la mayoría de la comunidad universitaria, no podemos seguir siendo la minoría en los organismos de co-gobierno universitario. Decimos que “una persona,un voto” y que hay que eliminar la vieja forma de rectores que solo sirve, como se demuestra en el caso de Cerisola, para que una casta se apropie de las decisiones de toda la Universidad.

Si los estudiantes, docentes y no docentes fuésemos los que realmente administramos la universidad pública, no solo no habría este tipo de desfalcos sino que podríamos garantizar transparencia, publicitando de manera abierta los fondos y su utilización, poniendo los recursos a mejorar las condiciones de cursado, las aulas, las becas, los salarios, todo lo que sabemos (y sufrimos) díaa día falta en la UNT. También podríamos de conjunto trabajar sobre los contenidos y problemas pedagógicos que hacen a nuestra formación.

Los alarmantes números de la deserción estudiantil hablan por sí solos. Ninguna de estas preocupaciones forman parte de la agenda de las autoridades, mucho menos del gobierno. Esta casta de autoridades nada tiene que ver con esas necesidades, Cerisola es la expresión nefasta de un régimen que deja a las claras que no va más.

Democratizar la universidad y terminar con los acuerdos extractivistas

Si fuésemos consultados docentes, estudiantes y no docentes podríamos por ejemplo debatir sobre la utilización del propio YMAD. Hace décadas que es una caja negra para negocios privados, además de fuente de fuertes denuncias por contaminación de la comunidad de Andalgalá. Como corriente estudiantil decimos claramente que no queremos complices del saqueo extractivista.

El año pasado, el Consejo Superior de la UNT, sin que nadie se entere, votó la vuelta de la explotación de la estructura del YMAD; ahora bajo el llamado proyecto M.A.R.A. En dicha sesión, que se hizo a puerta cerradas, mientras comunidades originarias, estudiantes y docentes reclamamos afuera, el régimen votó volver a recibir fondos de la megaminería, preparan un nuevo desfalco. En dicha sesión los consejeros de la Franja Morada, votaron junto con el MPE, dar vía libre a la explotación extractivista, en contra de la clara voluntad del pueblo de Andalgalá que se moviliza hace décadas contra esa explotación.

La condena a Cerisola es la punta de un iceberg que en su repercusión pública nos tiene que permitir que el conjunto de la comunidad universitaria debatir en profundidad sobre cómo debería funcionar la UNT. También pone sobre la mesa el problema de que orientación social debemos darle a la universidad pública, así como a quienes responden las autoridades universitarias.

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