El dólar oficial se mantuvo estable, pero el blue volvió a subir, a días de las elecciones

En el Banco Nación, el dólar minorista operó sin cambios a $1.375, en el marco de las medidas adoptadas por el Gobierno para contenerlo. Bajo este esquema, el denominado dólar tarjeta -que incluye un recargo del 30% deducible de Ganancias- se ubicó en $1.787,5.

Por su parte, el dólar mayorista -referencia del mercado- subió apenas $1 a $1.362.

Entre las cotizaciones financieras, el MEP avanza 0,4% hasta los $1.375, mientras que el contado con liquidación (CCL) sube 0,61% y se acomoda en $1.379. Por su parte, el dólar blue trepa $15 y llega a $1.365.

Los contratos de dólar futuro, en cambio, se dieron vuelta y operan en baja. Para fines de septiembre, el mercado espera un dólar en $1.400, $6 por debajo de la jornada previa. En tanto, para octubre, el valor también baja a $1.463.

Si bien la decisión de intervenir genera incertidumbre en los operadores, en la City la medida es interpretada como transitoria y vinculada al calendario electoral. «El FMI y los inversores buscan que se acumulen reservas. Eso sería clave para bajar de manera significativa el riesgo país y, a futuro, recuperar acceso al rollover de deuda en dólares», evaluó el economista Gustavo Ber.

La estrategia de Luis Caputo para mantener el dólar controlado

Más allá de estas subas puntuales, el ministro Luis Caputo logró acotar la presión sobre el tipo de cambio a partir del anuncio de intervención del Tesoro. El efecto volvió a sentirse ayer, con relativa estabilidad en el precio de la divisa y menor volumen operado.

En tanto, en la City se mantiene el ruido por la decisión de vender divisas para acotar la volatilidad cambiaria, aunque el tiempo (no muy lejano) revelará si fue una buena estrategia o no.

La apuesta de Caputo parte de la expectativa de que la tensión será muy transitoria: la próxima semana, tras un resultado electoral en la provincia de Buenos Aires que eventualmente sea interpretado como favorable para La Libertad Avanza (paridad o pérdida menor a cinco puntos, lo cual anticiparía un triunfo oficialista en octubre), la presión cambiaria debería ceder.

En tal caso, no necesitaría usar tantos dólares para estabilizar al mercado de cambios. Al cierre de agosto, el Tesoro tenía en su cuenta del Banco Central casi u$s1.700 millones. En el mercado calculan que el martes, primera jornada con ventas en el mercado oficial de cambios, habría utilizado entre u$s100 millones y u$s140 millones. Ayer, habría vuelto a vender divisas, pero por un monto inferior.

La arriesgada apuesta de Caputo

Si «todo sale bien», la presión cambiaria tras las elecciones debería ceder y la cotización del dólar podría volver a bajar. En caso de cumplirse, Caputo tendrá la oportunidad de recomprar los dólares que vendió en el mercado de cambios pero a un precio más bajo. Se trata de una jugada arriesgada: podría salir mal. Pero, en caso de darse dentro de lo esperado, habrá sido un «negocio redondo».

De cumplirse el escenario favorable, la jugada de Caputo habrá servido para acotar la volatilidad cambiaria en la previa electoral (hasta ahora, efectiva) y, si quiere, recomprar incluso más dólares de los que tenía inicialmente porque lo haría a una cotización más baja que a la que vendió. Terminar con más divisas sería un plus, pero sólo con recuperar lo vendido ya podría darse por bien servido.

El resultado electoral definirá todo

Obviamente, todo dependerá del resultado electoral y la interpretación que haga el mercado. Si el resultado del próximo domingo en la provincia de Buenos Aires es parejo o con una pérdida por pocos puntos para La Libertad Avanza, los inversores lo tomarían con optimismo porque anticiparía un escenario muy favorable para el oficialismo en las elecciones nacionales de octubre. 

La reacción no sólo incluiría una merma en las presiones cambiarias y en las tasas de interés en pesos. La celebración vendría acompañada de una recuperación en los precios de los activos bursátiles. La magnitud de la reacción del mercado, para bien o para mal, dependerá de la diferencia porcentual de La Libertad Avanza respecto a la oposición.

«El Gobierno parece esperar que la elección en la provincia de Buenos Aires sea lo suficientemente reñida como para disipar temores, atenuando o eliminando la necesidad de intervenir en el mercado oficial de cambios, algo que en nuestra visión requeriría que el Gobierno pierda por no más de 3 o 4 puntos o, incluso, gane, algo posible de acuerdo con las encuestas», afirma Max Capital.

Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, resalta ante iProfesional que lo que el mercado necesita, además de ver la cantidad de bancas que el Gobierno pueda sumar en el Congreso a partir de estas elecciones, es constatar si los argentinos validan o no el rumbo económico que está llevando adelante el presidente Javier Milei o si dejan la puerta abierta para un nuevo cambio dentro de dos años.

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