El PTS en el FIT-U se diferencia: «Ni Fuerza Patria ni La Libertad Avanza son una alternativa, nuestra voz es la de los que luchan»

Por un lado, el peronismo oficialista, bajo la bandera de «Fuerza Patria», se erige como el supuesto freno al avance de la derecha libertaria. Por el otro, el gobierno de Javier Milei, con su mensaje de «libertad» y «motosierra», busca consolidar su poder. En el medio, una tercera fuerza, «Somos Buenos Aires», emerge como un «rejunte» de heridos políticos que, en esencia, no cuestionan el modelo de ajuste. Sin embargo, la perspectiva del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), desnuda la complicidad de estas fuerzas y propone una alternativa radicalmente distinta, anclada en las luchas de los trabajadores y los sectores populares.

Fuerza Patria: El oficialismo que se adapta al ajuste

El peronismo bonaerense, ahora unificado bajo el nombre de «Fuerza Patria», intenta posicionarse como un escudo protector de los logros sociales frente al severo ajuste del gobierno nacional. Sin embargo, la situación económica de la provincia de Buenos Aires presenta un panorama desafiante, según los datos oficiales.

La tasa de desocupación alcanzó el 9,5% en el primer trimestre, afectando de manera más acentuada a las mujeres, con un 10,5%. Los trabajadores de la provincia se concentran en el sector privado (86,6%), principalmente en comercio e industria manufacturera, dos de los rubros más golpeados. El impacto del ajuste se refleja en la pérdida de empleo. Desde la asunción del gobierno de Milei, se han destruido cerca de 40.000 puestos de trabajo formales en la provincia, lo que representa el 36% de la caída total del empleo asalariado privado a nivel nacional. Esta crisis se profundiza con un 59,7% de la población bonaerense en situación de pobreza y un 22,7% en la indigencia.

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En este contexto, se multiplican los conflictos laborales, los despidos y las suspensiones se intensifican, mientras los trabajadores denuncian la precarización y la pérdida del poder adquisitivo. En San Martín, por ejemplo, el primer candidato a concejal, Marcos Vilaplana, advierte que la expansión de las políticas libertarias podría «agravar muchísimo» la situación y poner en riesgo logros como los centros deportivos y el Hospital Thompson. El gobernador Axel Kicillof se muestra combativo, denunciando la «motosierra y la crueldad» del gobierno de Milei. Sin embargo, este discurso choca de frente con la realidad bonaerense.

La lista de «Fuerza Patria» en San Martín, es un reflejo de las complejas internas del peronismo. La boleta, que encabeza Vilaplana, no incluye a miembros del Movimiento Evita ni de La Cámpora, sino que se conforma con figuras del kicillofismo y el Frente Renovador, como la concejala katopodista Romina Ditale o Andrés Ceriani, del massismo. La inclusión de Manuel Di Benedictis, del sector La Patria Es El Otro, y María Cristina García, de La Corriente Nacional de la Militancia (el espacio de Oscar Bitz), muestra un pacto de cúpulas para repartir el poder, dejando fuera a sectores más críticos, como el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) de Marcos Cianni en San Isidro, que se había alineado con Kicillof. Este plenario del MDF, fue un claro síntoma de la fractura interna, donde Cianni denunció la «partidocracia del PJ que nos quiso dejar afuera» en una alianza sellada por Sebastián Galmarini y Teresa García.

Pero más allá de las internas, la gestión de Kicillof no ha sido el «escudo» que promete ser. Los datos hablan por sí solos: más de un millón y medio de familias con problemas habitacionales, escuelas sin estufas, hospitales colapsados y salarios de miseria para los trabajadores estatales y docentes. Lejos de defender los derechos, el gobierno provincial castiga con descuentos a los docentes que paran y mira para otro lado ante los despidos, como en los conflictos de Secco o Georgalos. Este peronismo, demuestra que su verdadera vocación no es enfrentar el ajuste, sino administrarlo.

La polémica por la desafectación de 24 jefes policiales, que Kicillof vinculó a una «maniobra interna» para favorecer a un candidato libertario, y que la ministra Patricia Bullrich defendió públicamente, pone en evidencia el rol de la fuerza represiva como herramienta de disputa política, más que de seguridad ciudadana. El peronismo provincial, que bendice patrulleros, y la derecha, que se saca fotos con los policías desplazados, comparten una misma concepción de la seguridad como una disputa de poder.

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La alianza oficialista: críticas y controversias

En un intento por consolidar una opción de centro-derecha, el oficialismo, ahora bajo la alianza La Libertad Avanza-PRO, presenta una lista que incluye a figuras con pasado en Juntos por el Cambio, buscando capitalizar el descontento social y el discurso de «cambio». El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, encabeza la lista de senadores provinciales y destaca su gestión en materia de reducción de impuestos y seguridad, alineándose con las políticas de Patricia Bullrich. La polémica salpicó a esta fuerza con el caso de Maximiliano Bondarenko, excomisario y candidato a diputado provincial, cuya candidatura fue objeto de controversia tras la desafectación de 24 jefes policiales por parte del gobierno bonaerense, acusados de participar en maniobras políticas a su favor.

Además de Valenzuela y Bondarenko, la lista de la alianza oficialista integra a figuras como el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y otros candidatos como Gonzalo Cabezas, Natalia Blanco, Oscar Liberman y Alejandro Speroni. Este armado representa «más de lo mismo», con candidatos provenientes de la «rosca» política y del empresariado, quienes, sólo defienden sus propios intereses y los de las grandes corporaciones. Mientras el oficialismo propone una «reforma laboral», buscan avanzar en la precarización y de ser los responsables de la pérdida de puestos de trabajo y las muertes obreras que quedan impunes.

«Somos Buenos Aires»: La tercera fuerza de los que no consiguieron lugar

En la búsqueda de capitalizar el descontento, surge «Somos Buenos Aires», una fuerza liderada por el intendente de Tigre, Julio Zamora. Este espacio, que se define como una «alternativa a la polarización», es en realidad un «rejunte» de figuras que no encontraron lugar en sus partidos de origen. Radicales como Josefina Mendoza, ex presidentes de la FUBA, peronistas como Juanchi Zabaleta (Hurlingham), y hasta sectores que provienen de Juntos por el Cambio, se amontonan bajo el paraguas de un «humanismo argentino» que, según Zamora, rescata lo mejor del peronismo y la agenda social del Papa Francisco.

Zamora, que fue un aliado histórico de Sergio Massa y le dejó el control de Tigre cuando este quiso ser presidente, ha tomado vuelo propio y se ha negado a devolver el sillón municipal, generando un conflicto con el massismo y Kicillof. Ahora, busca proyectar su «modelo Tigre» a toda la provincia, destacando logros en seguridad, sin embargo, la realidad de Tigre esconde una profunda desigualdad social. Detrás de los paredones de los countries y el negocio inmobiliario de Eduardo Costantini, vive un pueblo trabajador que sufre las inundaciones y la falta de servicios básicos. La candidatura de Matías Brown en San Martín, con la promesa de replicar este modelo, no es más que la intención de extender el mismo esquema de negocios y desigualdad. «Somos Buenos Aires» es una fuerza que, con un discurso de centro y moderación, le ha dado, en los hechos, los votos clave a Milei para sus facultades extraordinarias en el Congreso, actuando como una «oposición amigable» al ajuste.

La salida por izquierda: la voz de los que no transan

Frente a este escenario de políticos de carrera que se acomodan y disputan el poder para administrar el ajuste, el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) es la única fuerza que se planta del mismo lado de siempre: del lado de los trabajadores, las mujeres, los jóvenes y los jubilados. Esta lista, que encabeza Romina del Pla del PO en la primera sección, acompañada por Nicolas del Caño en la tercerea, se construye a pulmón y sin los recursos de los partidos tradicionales, son el reflejo de las luchas cotidianas.

En la Primera Sección Electoral, el PTS lleva compañeros que se organizan en las fábricas, las escuelas y las universidades para enfrentar el ajuste. Vanina Mancuso, trabajadora de la fábrica recuperada Madygraf, es la candidata a senadora provincial, junto a Facundo Pilarche, docente y referente de la agrupación Marrón en Tres de Febrero. En Tigre, la candidata Paula Akerfeld se planta contra un peronismo que «no gobierna para las grandes mayorías, sino para empresarios como Costantini y el negocio inmobiliario», permitiendo que los barrios se inunden y que las muertes obreras, como la de Alan Paz en Rioplatense, queden impunes. Alicia Ciciro docente que se presenta como primera concejal en Escobar junto a Valentina Esquivel primera consejera escolar, dan la pelea por la Educación gratuita de calidad. En San Isidro, la candidata Lucía Camila Paiz, docente, denuncia que el gobernador «se cansa de duplicar el presupuesto a la policía y encima junto a la iglesia católica bendicen patrulleros», mientras los colegios públicos «quedan en segundo plano».

Las candidaturas locales, como la de la docente Paula Akerfeld en Tigre, el ferroviario Nahuel González en San Martín, y la concejala y docente Anabella Colli en José C. Paz, demuestran que no son una fuerza ajena a los problemas de la gente.
Denuncian que el peronismo de Kicillof no es un escudo, sino un cómplice que castiga a los docentes y permite los despidos.

La diversidad y coherencia de las listas es una gran fuerza: integrada por trabajadores despedidos y reinstalados como Jesús Giménez de Jumbo, activistas que defienden los humedales y a jubilados que luchan por sus derechos.

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En un contexto donde Milei quien recientemente veto el aumento a jubilados y discapacidad busca borrar a la izquierda y los partidos mayoritarios se reparten el poder, la lista del Frente de Izquierda está compuesta por decenas de trabajadores y estudiantes, como ferroviarios, estatales, de salud, abogados, de fábricas recuperadas como Madygraf y Wordcolor. También de Mondelez, Fate, Siderca, Georgalos, como Rubén Ronal Farías despedido de Pilkington, de Volkswagen y de otras pymes de la provincia. Se suman decenas de docentes, como la candidata Raquel Lescano en Tres de Febrero y estudiantes universitarios, terciarios y secundarios, como Mateo Gramuglia estudiante del comercial de San Isidro entre otras candidaturas.

El Frente de IzquierdaUnidad te invita a unirte a su lucha por un cambio radical. La única alternativa que propone una salida de fondo: organizar la fuerza desde abajo para poner las bancas al servicio de las luchas populares. Invitan a los comités de campaña y a participar en la movilización del próximo sábado 9 contra el genocidio en Gaza y la política de Netanyahu, Trump y Milei.

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