Julio dejó un saldo complejo: una fuerte suba del dólar en medio del desarme de las LEFIs y compras de divisas oficiales que no alcanzaron a compensar la elevada demanda de cobertura. Sin embargo, la llegada de los fondos del FMI, sumada a la compra de dólares que viene relizando el Tesoro y una aceleración de la liquidación del agro, permitirá mostrar una mejoría en las reservas del Banco Central (BCRA).
¿Y el dólar?
La dinámica del tipo de cambio se mantiene como el principal termómetro de las expectativas. Tras semanas de presión, el mercado cambiario mostró cierto alivio hacia el cierre del viernes. Sin embargo, todo indica que no hay razones para esperar una baja en el corto plazo.
Según señalaron desde LCG en su último informe, «no hay motivos para que el dólar baje y el pulso de la suba lo irá dictaminando la evolución de las cuentas externas».
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El dólar llegó a $1.335 el viernes pasado.
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En ese marco, y luego de una fuerte demanda de liquidez por parte de los bancos, la city espera nuevas medidas del Ministerio de Economía que permitan ordenar el frente financiero. Desde LCG sugirieron algunas herramientas disponibles como «ventanilla de pases, intervención en el mercado secundario de Lecaps», útiles también para «bajar la volatilidad de tasas».
Una de las novedades que comenzará a implementarse esta semana es la suba de encajes dispuesta por el Banco Central. Esta medida clave apunta a profundizar la absorción monetaria para reducir presiones cambiarias. En consecuencia, podría reflejarse en mayor estabilidad en las tasas, los próximos días.
Inflación: sin pass through a la vista
En el frente inflacionario, los datos preliminares de julio traen algo de alivio. La inflación mensual se ubicaría en torno al 2%, con una variación de apenas 0,3% semanal en alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires, y un promedio móvil de cuatro semanas del 2,1%, según los últimos relevamientos de LCG, Analytica y otras consultoras.
Este comportamiento es relevante: la reciente devaluación del tipo de cambio oficial —superior al 10%— apenas se trasladó a precios al consumidor. Esto sugiere que la transmisión inflacionaria fue acotada, al menos por ahora. El interrogante, sin embargo, se traslada a agosto, cuando parte de ese efecto podría comenzar a reflejarse.
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Inflación, una de las piedras angulares de la gestion de Milei.
Mariano Fuchila
Desde Econviews, advirtieron: «no hay que cantar victoria: la batalla está lejos de estar ganada. Agosto probablemente capture parte del efecto, aunque la apuesta es que sea limitado. Será una buena prueba para medir la solidez del programa».
Además, señalaron: «los próximos meses serán un test decisivo: si se logra mantener las variables bajo control y el gobierno obtiene un buen resultado en las elecciones, el programa podrá mostrar que tiene más resiliencia de lo que muchos creían. Caso contrario, la incertidumbre volverá a ganar terreno».
En un contexto de consumo restringido, es probable que el impacto de la devaluación sobre los precios continúe siendo moderado, al menos en el corto plazo. Pero la cautela sigue siendo la regla para los inversores.
Datos clave en la agenda
Esta semana, se publicarán varios indicadores que servirán para tomar el pulso del programa económico:
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Miércoles 6: El INDEC difunde los Índices de precios y cantidades del comercio exterior del segundo trimestre.
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Miércoles 6: El BCRA publica los resultados del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de julio.
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Jueves 7: Se conocerán los Índices de producción industrial manufacturera y minera de junio.
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Jueves 7: Se publica también el Índice de actividad de la construcción y el Informe Monetario Mensual del BCRA.
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Lo que viene en la agenda económica para la primera semana de agosto.
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Factores de riesgo: política y contexto internacional
Agosto no sólo será un test económico, sino también político. Las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires pondrán a prueba la legitimidad del rumbo económico. Un resultado favorable para el oficialismo podría consolidar la estrategia fiscal, cambiaria y monetaria. Caso contrario, el fantasma de la incertidumbre volverá a ganar terreno.
A nivel internacional, el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó el jueves por la noche una nueva ofensiva en su guerra comercial, al presentar un ambicioso plan que redefine las reglas del comercio global. La propuesta traza un mapa mundial de aranceles que oscilan entre el 10% y el 50%, que varía según si los países lograron o no cerrar un acuerdo comercial con su gobierno antes del 1° de agosto. La medida afectará a las exportaciones de cerca de 200 países hacia Estados Unidos y comenzará a regir el próximo jueves.