El Plan Nuclear del exjefe de asesores económicos del presidente Javier Milei, Demian Reidel, aún no tuvo novedades concretas. Hasta ahora están los títulos: la construcción de reactores nucleares modulares con el fin de atender la demanda de los popes tech de Sillicon Valley de tener energía barata para instalar data centers de Inteligencia Artificial. Como parte de ese programa, ahora YPF busca mostrar avances en YPF Nuclear, en tándem con Chubut -la provincia más interesada en obtener regalías de la explotación de sus minas- con la premisa de ser un actor que forme parte de la exportación del mineral. Pero poco hay del desarrollo y tampoco se exhiben indicios de que el proyecto apunte a una mínima creación de valor agregado, sino que pareciera quedar un esquema extractivista que aproveche el valor del commoditie, imitando a países con modelos primarizados como Kazajistán y Australia.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se reunió este miércoles con el gobernador chubutense Ignacio Torres, el presidente petrolera de participación mayoritaria estatal, Horacio Marin y Reidel, quien escribió en su cuenta de X: «YPF avanza en el diseño institucional de YPF Nuclear, su nueva subsidiaria que liderará la minería de uranio en Argentina, comenzando en Chubut».
«Es una pieza clave del Plan Nuclear Argentino, que avanza con decisión para que el país exporte el mineral que alimentará la energía del futuro. El futuro es nuclear», sumó Reidel, que es físico, egresado del instituto Balseiro. Mientras Torres apuesta a qué Nación transfiera todas las reservas de uranio que tiene a la jurisdicción con el objetivo de manejar el potencial negocio millonario del uso del mineral, el titular de NA-SA busca asegurarse poner en marcha su programa con el ingreso de la compañía en la parte de la exploración y explotación de los yacimientos.
El plan de Reidel para combinar el negocio nuclear con la IA
Reidel, quien el lunes abandonó su papel al frente de un consejo asesor económico (prácticamente sin funcionar), estaba obsesionado con una idea: atraer el know-how de la inteligencia artificial de empresas estadounidenses a Argentina. Su propuesta era ofrecer a cambio la energía nuclear producida por reactores modulares pequeños (SMR). Al principio quería desmantelar el proyecto CAREM25 de la CNEA, pero luego se dio cuenta que de esa manera el país podría ser anfitrión de gigantescos centros de datos de IA de empresas estadounidenses. La promesa de energía barata se convirtió en el cebo para estas inversiones extranjeras, una estrategia que ahora se presenta como el corazón del Plan Nuclear, una iniciativa que, de forma preocupante, busca su financiación en capitales foráneos y privados.
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Con YPF Nuclear, el Gobierno busca asegurar la construcción de este tipo de reactores, con una patente ya desarrollada por Investigaciones Aplicadas Sociedad del Estado (INVAP), para la versión de 300 MW de potencia eléctrica de diseño propio y con potencial de exportación al mundo. Esto reduciría los costos operativos de la generación de energía nuclear.
YPF Nuclear: un proyecto «verde» y desacoplado de su expertise
En el sector, advierten que utilizar a la empresa petrolera para el negocio nuclear es un desacierto. «Si el objetivo es poner a YPF a construir reactores es una locura. Se aleja muchisimo de su core bussiness, es hacerle gastar mucha plata al Estado: mientras que Atucha I está parada para su extensión de vida y debería estar volviendo a ponerse en marcha en marzo 2027”, indicó a PERFIL un experto nuclear.
Incluso en los últimos años la estrategia de la firma se centró en desprenderse de proyectos satélite y enfocarse en su fuerte: el petróleo. De hecho, en la misma semana Marin anunció que busca socio para YPF Agro, la unidad de negocios que hace canje de combustibles por granos y representa una parte chica del total de sus ganancias. Fuentes al tanto del diseño de la nueva unidad de negocios de la firma que preside Marin prevé que se trata de un desarrollo a “10 años” y que todavía está “verde”. En caso de avanzar, el uranio tiene varios usos pero en su mayoría, se trata de los reactores.
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Uranio primarizado: los modelos de Australia y Kazajistán
El mineral en sí es un commoditie que cotiza USD 72 por libra y puede exportarse a granel o transformarlo en dióxido de uranio (UO2). Un modelo que utilizan países como Australia o Kazajstán.
Kazajistán es el principal productor mundial, con cerca del 40% del total del mercado. Su principal actor es Kazatomprom, la empresa minera estatal, que se enfoca en la venta de «yellowcake» (concentrado de óxido de uranio), que es el producto inicial, aunque en el último tiempo buscó agregar valor con la formación de pastillas de combustible de uranio. Australia, en cambio, tiene las mayores reservas de uranio del mundo, pero sólo se dedica a exportar la forma más primitiva del mineral.
Argentina posee, según la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), 33.780 toneladas de uranio (tU). Esta cantidad sería suficiente para abastecer el consumo actual del país durante 150 años. A pesar de esto, la Argentina actualmente importa alrededor de 220 tU al año para operar sus centrales nucleares: Atucha I, Atucha II y Embalse. El interés de Chubut reside en que tiene ocho de los 14 proyectos de uranio que existen en el país y en que para 2050 los países productores se comprometieron a triplicar su capacidad.
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El mapa mundial de la energía nuclear tiene, en su mayoría, a las empresas estatales controlando la producción y las ventas al exterior. Pocas son las inversiones privadas y en cambio, los SMR están siendo patentados por ese sector. Incluso el fundador de Microsoft, Bill Gates, mediante su empresa Terra Power, invirtió millones de dólares en el desarrollo de Natrium, un reactor nuclear de sodio.
El Plan Nuclear, sin avances
El Plan Nuclear fue presentado el 20 de diciembre de 2024 junto con Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica. Pero todavía no tiene avances. “En los tiempos que Reidel plantea no se puede hacer, es una estafa”, cuestionó Adriana Serquis, física expresidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
“Nadie del sector dice que es posible hacerlo, plantean hacer SMR con la patente del ACR300 del INVAP al que le falta inversión. Lleva USD 750 millones y le faltarían unos USD 250 millones más. Cualquier SMR que se está desarrollaron requirieron entre 10 y 20 años para funcionar”, indicó al programa Pasaron Cosas en Radio Con Vos.
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