Después de un tiempo alejada de los flashes, Selena Gómez volvió a ser el centro de todas las miradas. La artista fue fotografiada en una playa y las imágenes no tardaron en viralizarse. ¿El motivo? Su figura más estilizada sorprendió tanto a sus seguidores como a los medios.
A sus 32 años, Selena decidió tomarse un descanso de los escenarios y eligió el Pacífico mexicano para recargar energías. Pero fue en ese contexto de relax donde apareció luciendo una bikini negra, lentes de sol y una sonrisa tranquila. Las fotos rápidamente se compartieron en todas las redes, y muchos se preguntaron si había pasado por algún tratamiento o cambio específico.
Lo cierto es que Selena siempre ha sido muy abierta respecto a su salud física y mental. En 2015 fue diagnosticada con lupus, una enfermedad autoinmune que la obligó a recibir tratamientos complejos e incluso a someterse a un trasplante de riñón en 2017. Durante años, explicó que los medicamentos y los corticoides le generaban fluctuaciones de peso, algo que incluso derivó en duras críticas y body shaming por parte de algunos usuarios.
Pero ahora, con este nuevo aspecto, renacieron los rumores. Algunos aseguraban que estaba haciendo una dieta estricta, otros hablaban de cirugía estética. Nada más lejos de la realidad: fue la propia Selena quien explicó qué está detrás de este cambio.
A través de su entorno más cercano, se supo que Selena comenzó a responder mejor a su medicación. “No cambió nada más que eso. Dejó de retener líquidos porque le redujeron la dosis de corticoides”, aseguraron fuentes de su círculo íntimo. Además, ella misma expresó en varias oportunidades que su prioridad está en estar sana y sentirse bien, más allá de los estándares que impone la industria del entretenimiento.
En una entrevista reciente, la cantante y actriz se sinceró: “Hubo años en los que odiaba cómo me veía. Me costaba mucho aceptar mi cuerpo. Pero aprendí que la salud mental y física van de la mano, y que no tengo que complacer a nadie más que a mí misma”.
Su caso volvió a abrir el debate sobre los cánones de belleza impuestos a las mujeres en la industria y cómo figuras como ella, que se animan a mostrarse reales y sin filtros, generan identificación en millones de fans. “No quiero ser un modelo de perfección. Quiero ser un modelo de honestidad”, había dicho tiempo atrás en su documental My Mind & Me.
Mientras tanto, las imágenes de Selena en bikini siguen recorriendo el mundo. Lejos de una transformación estética planificada, lo que se ve es una artista que está aprendiendo a convivir con su cuerpo y con su historia. Y eso, para muchos, es mucho más inspirador que cualquier filtro de Instagram.
“Estoy aprendiendo a quererme en todas mis versiones”, dijo Selena hace poco. Y ese mensaje, sin dudas, explica por qué volvió a convertirse en tendencia.