Si hablamos de pejerreyes, La Brava es una fija. Y en esta ocasión fue el aporte de nuestro amigo Diego –Taty– Mancino, integrante de la comisión del Club de Pesca Balcarce, que nos convenció de ir a visitarla. Fue decirle “sí” para que él ya nos estuviera esperando con una excelente cabaña sobre la costa del espejo de casi 600 hectáreas de aguas de color verde que se reflejan entre sierras, campos sembrados y estancias muy pintorescas. Un ámbito magnífico rodeado de los picos provenientes del sistema de Tandilia. Quizás una de las más pintorescas de la provincia de Buenos Aires. Como plus, lo que en realidad íbamos a buscar: la oferta de interesantes pejerreyes, tanto en longitud como en peso, pero que no se regalan.
Entre los servicios destacados de la zona se encuentra el Club de Pesca Balcarce, situado en el Km 39 de la RP 226: un pesquero que posee más de 40 embarcaciones, dos muelles de más de 100 m, una bajada de lanchas de material muy prolija para quienes viajan con su propio bote, proveeduría, vigilancia, sanitarios, arboleda, estacionamiento, parrillas con bancos y juegos para los más chicos. Además, dos ventajas para los pescadores: la primera es que no hay límite de motorización; la segunda, la última adquisición del club: una embarcación con motor de rescate.
Arribamos a esta ciudad un viernes al mediodía y en el club de pesca nos esperaban Taty Mancino y el amigo Agustín Salvio, referente de la pesca deportiva y representante del club en torneos nacionales y provinciales. Embarcamos en la lancha de Agustín a las 16:30 y, pese al calor y a las temperaturas superiores a 30 ºC, nos dirigimos hacia el centro de la laguna. Armamos equipos con cañas de más de 4,30 m, debido a que la línea a utilizar en este espejo es la cordobesa –también llamada rastrera–, formada por tres brazoladas de más de 1 m de separación, con anzuelos de tamaño Nº 2 clásicos y con una boya inicial palito doble proa. Como anexo, un puntero de goma de no más de 30 g, pero corredizo entre nudo y nudo para buscar distancia y profundidad (a 15 cm del fondo). La otra alternativa es la línea convencional de dos boyas separadas más de 3 m, con brazoladas de 1 1/2 m de longitud. En ambos casos, la extensión de la línea se calcula en base a la profundidad media del espejo que ronda los 3 m, con sectores de más de 4,5 m como el que estábamos pescando nosotros.
Bastaron 10 minutos de lanzar los aparejos para que Agustín tuviera respuesta: un primer ejemplar de sólo 30 cm pescado a flote. Por su parte, Taty y quien escribe teníamos respuestas de dientudos. Como carnada íbamos probando con las diferentes variantes de mojarras con las que nos habíamos aprovisionado en la casa de pesca local.
Los piques
La clave del éxito estuvo en encarnar con filet de dientudo de la misma laguna como carnada compañera de la mojarra. Con ese tip logramos los primeros portes de 35 cm, que a los pocos minutos crecieron a 50 y hasta logramos varios dobletes. Una batalla más que sorprendente debido a la profundidad, la que disfrutamos hasta las 20, sabiendo que estábamos al límite del horario de salida. Habíamos logrado calidad y cantidad como para un cuadrito con sólo hacer bien los deberes. Es clave en La Brava saber dónde se encuentra el pejerrey, ya que se trata de una laguna de profundidad con tajamares, bahías y afluentes. Por las características del espejo y, para no fallar, sugerimos que quienes vayan por primera vez hablen con un referente del club de pesca, con alguien de la proveeduría ubicada frente a la laguna o de la casa de pesca en la que se adquiere la carnada. El pejerrey de este ámbito es de calidad pero no se regala y hay que estar en sintonía para pescarlo, porque es de siembra y se mueve constantemente.
Resulta fundamental llevar diferentes tipos de líneas, incluida la famosa chiripá, como así también la de paternóster o cordobesa, además de punteros de varios pesos. Como dato destacado, el espejo recibió más de 100 mm de precipitaciones en los últimos meses, óptimo para que mantenga su nivel esta temporada y llegue a los 6 m en algunos sectores.
Sin duda, al cierre de esta edición La Brava está en el podio de las lagunas de la provincia de Buenos Aires, junto a La Salada Grande de Madariaga. Otras tantas en un radio de 400 km están padeciendo la falta de agua. Si a los buenos pejerreyes le sumamos los servicios para que la familia pescadora disfrute de un fin de semana más que agradable, el combo está asegurado. A Balcarce hay que tenerlo presente para hacerle una visita y regresar por sus buenos pejerreyes.