No podés vivir siempre de las glorias pasadas

Cuando en 2017 Attaque 77 anunciaba su disolución después de treinta años de carrera, Luciano Scaglione ya sabía que no iba a quedarse estancado en el duelo. Muy pronto empezó a pensar en cómo seguir con la música pero no tardó en llegar la pandemia y trastocó unos cuantos planes. Finalmente, en 2023 apareció un disco cuyo título revela el espíritu con el que el que este bajista de 51 años afrontó sus nuevos desafíos: Hágalo usted mismo, una cita al famoso axioma punk que sintetiza bien esta nueva etapa, que conserva vínculos con sonidos e influencias de toda la vida pero ya no el contexto de un proyecto grupal sino en plan un poco más individual.

Aunque Lucho al Attaque, el nombre artístico con el que apareció en plataformas digitales ese álbum con diez temas, puede presumir de la colaboración generosa de muchos compañeros de ruta (Leo De Cecco –el baterista de Attaque–, Gori (Fantasmagoria), Juanchi Baleirón (Los Pericos), Baltasar Comotto, Jorge Serrano, Sergio Rotman y Kolo Taccone. 

Las amistades estuvieron en la grabación del disco y en su presentación oficial hace unas semanas en The Roxy, con mucha carga energética, esa que siempre fue condimento esencial de los shows de Attaque 77. “Attaque se tomó un descanso indefinido –dice Lucho–. Cuando terminó la pandemia nos reunimos y las energías estaban muy dispersas. Mariano trabajando mucho con Valeria Lynch y yo con muchas ganas de tocar después de los dos años de encierro. No quería esperar la agenda de nadie, entonces me armé este proyecto paralelo que recorre y representa mis más de treinta años en Attaque. Era difícil despegarse totalmente de un grupo después de todo ese tiempo. Toda la vida me van a pedir en los shows temas de Attaque”. 

Esto no les gusta a los autoritarios

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En ese escenario, Scaglione tomó lo que él describe como “el camino más directo”. La única exigencia que se puso, explica, fue tener temas nuevos. “No podés vivir de las glorias pasadas –apunta–. Y este proyecto es honesto, cae bien, gusta… Los bajistas y los bateristas quedamos un poco culo para arriba cuando se disuelve una banda, así que traté de reaccionar rápido. Por algunos problemas de salud que tuvo Mariano yo ya había tenido que cantar en shows de Attaque Europa, Estados Unidos y México. Y me empezó a gustar ese lugar”.

El repertorio de Lucho al Attaque es un muestrario amplio de los gustos del por ahora exbajista de Attaque (no se descarta un regreso de la banda). “A mí me gustan el rock y todos sus aledaños –pop, alternativo, grunge, punk, ska, reggae, hard rock, heavy metal–. Me gustan mucho las baladas ramoneras tipo Baby, I Love You. Y hago temas que vengo manoseando hace quince años, algunos que quedaron afuera del proyecto con Attaque incluso. Son canciones que me representan. Las terminé con Gori, que me ayudó mucho en la composición”. 

Scaglione no se ve mucho con Mariano Martínez ahora mismo, pero siempre estuvo cerca de Leo De Cecco. Se conocen desde los 13 años, se los suele ver en Strummer Bar, la sala de conciertos que tienen en Palermo, y esa relación estrecha induce a pensar en un retorno en algún momento. “No hablo hace tiempo con Mariano pero está todo bien –remarca Luciano–. Todos nos tomamos bien lo que elige el otro. Esto se habló de frente, y a mí de todas formas me da igual lo que digan los demás. Más con la edad que tengo. Yo respeto mucho la historia de Attaque, no quiero ocupar un lugar que nunca voy a poder ocupar solo”.

Un vínculo sano

“Todo ha sido muy sano en nuestro vínculo. Pero la historia de un grupo siempre tiene muchos matices. La mayoría de las bandas tienen un funcionamiento parecido al de una familia, con sus blancos, sus negros y sus grises”, explica Luciano Scaglione cuando se le consulta por una futura reunión de Attaque. “Se produce un desgaste que es lógico, las relaciones van mutando, hay cosas que ya no te gustan y no querés tolerar… Es muy difícil combinar todo para que el funcionamiento de un grupo sea perfecto. Ya no es como en la adolescencia: hay hijos, parejas, los padres que empiezan a irse… La vida misma”.

Scaglione sostiene que la vida del rock es menos glamorosa que lo que muchos imaginan: “Viajás mucho, dormís mal, comés mal, hay mucho vicio, muchas  situaciones peligrosas desde el punto de vista físico y psicológico. No es todo alucinante como se suele suponer. Por eso existe el famoso club de los 27”, agrega el músico en referencia a esse grupo de grandes músicos que murieron a esa temprana edad (Jim Morrison, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Amy Winehouse, entre otros).

“Salvo que seas una gran estrella, no es una vida fácil –argumenta el músico–. Hay vaivenes, malos momentos y están los buenos que pueden causar vértigo. Mucha gente cree que vivís la vida de un famoso millonario, cuando en realidad sobrevivís. Pero también la música es salvadora, es mágica, al menos para mí. Fue así desde que toqué a fines de los años 80 en el Festival Exterminio en Cemento con Attaque, hasta ahora”.

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