CÓRDOBA.– En un giro inesperado en el caso, 18 años después del homicidio de Nora Dalmasso, la mujer asesinada en noviembre de 2006 en su casa de un barrio cerrado de Río Cuarto, un nuevo estudio de ADN permitió identificar a un nuevo sospechoso detrás del crimen, un hombre que trabajaba en una obra de remodelación del inmueble donde ocurrió el hecho. Fue imputado por abuso sexual seguido de muerte, ya se presentó ante la Justicia acompañado por un abogado defensor y se abstuvo de declarar. Por ahora, está libre. Es que, hasta el momento, la causa está prescripta por el paso del tiempo.
El sospechoso, identificado como Roberto Barzola, fue notificado por el fiscal Pablo Jávega, a cargo de la investigación desde que en julio de 2022, al cabo de un juicio por jurados llevado a cabo en los tribunales de Río Cuarto, fue absuelto el traumatólogo Marcelo Macarrón, el esposo de la víctima. “Se le dio participación para que conozca los elementos en su contra y para que pudiera formular un descargo, pero prefirió abstenerse de declarar”, explicó el representante del Ministerio Público en una conferencia de prensa, ayer al mediodía.
Las huellas genéticas que señalan a Barzola fueron “colectadas en el cinto de la bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en la zona inguinal” de Dalmasso, se explicó en un comunicado del Ministerio Público Fiscal de Córdoba que luego ratificó Jávega.
Barzola, que en el momento del homicidio pulía los pisos de madera en la casa de la víctima en Villa Golf Club, no es un desconocido en la causa. Declaró como testigo en el juicio contra Macarrón y afirmó que el día del crimen fue a trabajar, no tocó el timbre y esperó a su jefe en la puerta, y como no llegó, se fue. En 2006 tenía 27 años, hoy tiene 45.
En 2007, la familia Macarrón había pedido que lo incluyeran en los listados de quienes debían hacerse cotejos genéticos, pero no se hizo. Barzola había trabajado la semana anterior al crimen en la casa.
Los rastros genéticos no son nuevos: son los mismos que se levantaron de la escena del crimen el día en que Nora fue hallada exánime sobre la cama de su hija Valentina, que en ese momento estaba en viaje de estudios en los Estados Unidos. Pero no habían sido cotejados con los perfiles de ADN de todas las personas que, contemporáneamente al crimen, habían estado en el lugar o en contacto íntimo con la víctima. Barzola era uno de ellos.
Los nuevos peritajes, que comenzaron a realizarse en septiembre del año pasado a partir de “barridos de la prueba genética” a los efectos de “obtener un mapeo” para avanzar en los cotejos y en eventuales coincidencias genéticas, se produjo en el contexto de la investigación desarrollada por indicación del tribunal que en julio de 2022 absolvió por falta de pruebas a Macarrón, acusado hasta entonces de haber instigado el crimen de su esposa.
En los cotejos genéticos trabajaron en conjunto el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba, con la cooperación del National Center for Forensic Science de la Universidad de Florida, EE. UU., y la colaboración del Ministerio de Justicia del gobierno provincial.
En conferencia de prensa, el fiscal Jávega explicó que las precisiones surgieron después de conocer el resultado del “mapeo y trazabilidad” de 45 muestras genéticas, que se hicieron con la “intención de identificar al autor del crimen”, cuyo ADN quedó en la bata que llevaba puesta la víctima al momento del ataque. También detalló que al sospechoso “se le dio participación, se lo convocó para que propusiera defensores y prefirió abstenerse a declarar”.
A pesar de que se consideraba que el caso estaba técnicamente prescripto al haberse cumplido 15 años sin identificar al autor material del homicidio de Dalmasso, el fiscal Jávega advirtió que está en investigación “si subsiste la acción” para determinar si puede haber un nuevo juicio.
El único querellante en la causa es Facundo Macarrón, hijo mayor de Dalmasso y Macarrón. Su representante legal, Gustavo Liebau, indicó que “si esta persona [Barzola] cometió un delito durante estos años, eso provocaría la interrupción de la prescripción”. El argumento es similar al que utilizaron los fiscales de San Isidro para pedir que se investigara a Nicolás Pachelo por la sospechosa muerte de su padre.
Aunque la causa prescribió, el tribunal que absolvió a Macarrón de la acusación de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía, y precio o promesa remuneratoria” ordenó una “reinvestigación” con las pruebas incorporadas en el expediente.
“La víctima tiene el derecho a que se determine la verdad, aunque el delito haya prescripto”, reclamó el fiscal de Cámara Julio Rivero al tribunal de la Cámara del Crimen 1 de Río Cuarto que tuvo a su cargo el juicio por jurados. Los fundamentos de la absolución indicaron que “no la mató un sicario”, sino que “fue víctima de femicidio y de violencia de género (figuras penales inexistentes al momento del hecho)” y que “la mató una sola persona conocida por ella”. Se advirtió que antes del asesinato “hubo acto sexual consentido”.
El fiscal Jávega “continúa trabajando en clave de analizar el resto del cuadro de pruebas disponible para la composición de hipótesis en función del aporte” del material. También analiza segmentos “relevantes para el análisis de la acción penal derivada” del crimen.
Un caso singular
El cuerpo de Dalmasso fue encontrado la tarde del 26 de noviembre de 2006 en su casona del exclusivo barrio Villa Golf de Río Cuarto. La víctima había sido asesinada la madrugada del día anterior.
Durante la investigación se siguieron varias hipótesis: un crimen producido durante un juego sexual, un abuso sexual seguido de muerte; y un asesinato por encargo, en tanto que los peritajes determinaron que la mujer murió por asfixia por estrangulamiento. Su cuerpo semidesnudo quedó tendido en la cama.
En el transcurso de la causa investigaron cinco fiscales, con distintas hipótesis, y fueron imputados, además del esposo de la víctima, el exasesor del gobierno cordobés Rafael Magnasco, el pintor Gastón Zárate – quien se lo llamó popularmente “el perejil”– y Facundo Macarrón, aunque todos ellos fueron finalmente sobreseídos.
Los peritos hallaron en la escena del crimen el patrón genético del linaje Macarrón (haplotipo Y) y ese elemento fue utilizado primero para acusar a Facundo y posteriormente para apuntar al viudo, quien siempre reconoció que antes de viajar a Punta del Este había tenido relaciones sexuales con su esposa.
En tanto, por el “perejil” Zárate, los vecinos de Río Cuarto realizaron marchas en su favor cuando estuvo unos días detenido y fue desvinculado del crimen más rápido que el hijo de Nora, cuyo sobreseimiento demoró seis años. Macarrón fue procesado en marzo de 2016 por el fiscal Daniel Miralles, quien puso en duda la coartada de que estaba en un torneo de golf en Punta del Este cuando ocurrió el asesinato.
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