MIAMI.- Una corrida contra reloj. Esta vez, no se trata solo de abastecerse de agua o papel higiénico, de lámparas a batería, de extensas colas en estaciones de servicio o esperando bolsas gratuitas de arena. Se trata de la remoción de miles y miles de toneladas de escombros que dejó el huracán Helene días atrás en la costa oriental de la Florida, y que podrían actuar como proyectiles mortales en manos de Milton, el huracán que tocaría tierra en la misma costa para este miércoles.
Helene, aquel huracán el 27 de septiembre pasado, dejó una herida que sigue abierta y a la vista. Hizo desaparecer hogares enteros, enterró autos bajo la arena, inundó calles y casas, depositó lanchas sobre jardines, y trituró todo tipo de elementos a su paso, desde árboles a techos. El rescate empezó apenas llegó la quietud, y se pensó que lo peor ya había pasado. Pero sobre llovido… mojado: el pronóstico muestra que la región de la Bahía de Tampa se encuentra probablemente en el medio del cono del nuevo huracán. Helene tuvo marejadas de hasta 1,8 metros. Los modelos de pronóstico para Milton todavía varían ampliamente, pero el camino más probable sería que se debilite y luego toque tierra el miércoles en el área de la Bahía de Tampa como categoría 3, todavía un huracán importante.
“La gente quedó muy afectada después de Helene. Este va a ser un cambio en la psicología de la gente”, me explica a LA NACION César que vive en Tampa. “¿Quién quiere correr este riesgo? Es demasiado. Los seguros van a subir otra vez. Tantas compañías de seguros han quebrado con huracanes anteriores”, piensa en voz alta, recluido trabajando desde su casa.
De todo su equipo de trabajo, la mitad ya evacuó. “La situación varía mucho en función de dónde vivís. El huracán viene para Tampa, el que esté del lado del sur del centro del huracán está más complicado”, apunta. Se espera que la marejada sea de las más altas que ha habido. El agua sube y arrasa con todo, las cosas empiezan a flotar y destruyen a su paso. Milton ahora es más temible que Helene, que ya es decir mucho.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aseguró que la limpieza de escombros seguirá en la zona hasta que la tormenta lo permita. “Los funcionarios locales deben continuar limpiando los escombros del huracán Helene antes de que Milton toque tierra. El estado de Florida ha reunido recursos sin precedentes para ayudar con la remoción de escombros. Se han eliminado casi 8300 metros cúbicos de escombros en la barrera de islas del condado de Pinellas y el trabajo continuará hasta que la seguridad lo permita”, dijo en conferencia de prensa este lunes por la mañana.
La marejada prevista para la bahía de Tampa es escalofriante. Kevin Guthrie, director de la División del Manejo de Emergencias de Florida fue bien didáctico para concientizar de la evacuación a aquellas personas que viven en la costa. “Se prevén crecidas (de agua) de 1,5 a 3,6 metros. El techo donde estamos ahora tiene 3,3 metros. ¡Estamos hablando de una subida de agua como este techo!”, alertó.
Para Jane Castor, alcaldesa de Tampa, su principal preocupación también es la remoción de escombros para que no se conviertan en objetos voladores. Hay hierros, ladrillos, maderas, colchones, muebles destrozados, objetos punzantes como caños, y otros tan corroídos que ni siquiera se supo lo que fueron.
Si antes de un huracán sobrevuelan brisas de pánico, es entendible que en Tampa sean ráfagas huracanadas. “No habíamos tenido un impacto directo en más de 100 años. La región de Tampa Bay se estaba volviendo algo complaciente. Pero Helene despertó a todos. Tuvimos de 1,2 a 1,8 metros de marejada. En toda mi historia en Tampa, en 64 años, jamás he visto el daño que sufrimos con Helene”, sintetizó Castor.
Quizá no sólo por su abrasadora potencia, sino también por el antecedente de Helene, se prevé la mayor evacuación en los últimos años de Florida. Como es habitual en estas situaciones, el gobernador suspendió el cobro de peajes para facilitar la evacuación, abrió refugios, y sus hoteles están preparados para recibir a los que necesiten. Pero alertaron que la capacidad de los refugios es limitada. “Estamos identificando edificios estatales y sitios vacantes que abriremos como refugios adicionales cuando las escuelas y los refugios tradicionales lleguen a su capacidad máxima”, dijo Guthrie.
Desde el sábado, ya es difícil conseguir agua y papel higiénico en los supermercados. Si bien parecería que el sudeste de Florida quedaría fuera del cono de Milton si el pronóstico fuera real, los preparativos en Miami ya están en marcha desde el fin de semana. Mientras avisaban que el miércoles y jueves no habrá clases, los supermercados ya eran víctimas de “acumuladores”. El estado recomienda un bidón de galón de agua por cada persona en el hogar, por día de encierro. Todo se acaba rápido. La gente lleva de a seis.
En los chats ya están quienes piden “quién sabe de alguien que ponga los shutters”, (unas chapas metálicas que se colocan en las ventanas), preguntan si recomiendan poner bolsas de arena debajo de las puertas exteriores, y Milton se volvió tema de conversación en las sobremesas. Quizá la más interesante ha sido una argentina, que al quejarse de la falta de papel higiénico en el supermercado, en la sobremesa reflexionó: “¿para qué la gente se lleva tanto papel higiénico, si también te quedas sin agua? ¿Vas a dejar todo el papel en el inodoro? Yo me estoqueé de toallas húmedas”, dijo como chiste a medias.
Conforme a los criterios de