Jueves a la tardecita, de la última semana. Durante la asamblea mensual de supermercadistas de la cámara, no hace falta ninguna encuesta para verificar lo que está sucediendo en el consumo minorista.
Cientos de socios de la Cámara Argentina de Supermercados —entre propietarios de autoservicios y representantes de cadenas— dan cuenta de la complejidad de la economía real.
Inflación: alerta por ventas en supermercados
Para sorpresa de la mayoría, las ventas de septiembre estuvieron por debajo de las de agosto. La dinámica, cuentan, es la de un «serrucho»: en el mes a mes, el mes pasado no pudo sostener la incipiente recuperación que se había evidenciado en julio, y que tampoco se repitió en agosto.
Para esos comerciantes, desparramados por todo el país, las ventas de septiembre estuvieron entre 3% y 4% más abajo que en agosto. Con un puñado de rubros que se sostienen -sobre todo los productos de la canasta alimenticia esencial- pero con otros que no levantan cabeza.
En este último renglón se anotan los artículos congelados, productos de limpieza y tocador y también las bebidas.
Contra septiembre del año pasado, las ventas estuvieron negativas entre 15% y 17%, siempre en la medición por volumen.
Octubre comenzó con precios estables
En un contexto donde las ventas no repuntan y a los comerciantes les cuesta sostener los márgenes, los precios se mantienen, salvo en algunos rubros puntuales. Como el caso de los lácteos, que encabezan desde hace tiempo las subas de los precios.
Es interesante ver cómo se mueve el mercado en un escenario con cuentas en rojo.
Los bancos, por caso, se acercaron a los supermercadistas para ofrecer nuevos acuerdos para hacer promociones con las billeteras digitales. La última discusión en las negociaciones, en todo caso, estaban trabadas en relación con las cadenas que se quedaban fuera de esas promociones.
Las fábricas de alimentos también tomaron nota de lo difícil del momento. Las empresas líderes sacaron nuevas listas de precios con pocos ajustes en los valores. Incluso algunas, como el caso de Molinos, que incluyeron distintas bonificaciones que redundaron en rebajas concretas para sus clientes.
La pregunta, en tales casos, refiere a si esas bajas se van a ver en las góndolas. O si se van a trabar dentro de la cadena comercial.
Inflación en alimentos: cómo vienen las mediciones
Varias consultoras que testean los precios de los alimentos en los supermercados registraron escasas variaciones en las primeras jornadas del mes.
LCG, por ejemplo, midió apenas un 0,2% en la inflación de los alimentos de la primera semana de octubre. De esta manera, la consultora acumuló cinco semanas consecutivas con una inflación semanal por debajo del 1%.
A EconViews, de Miguel Kiguel, la variación semanal le dio 0,8%. Para esa consultora, las carnes lideraron los incrementos, con un 3,3% en la primera semana del mes.
El relevamiento del Banco Central marcó que las principales consultoras del país estimaron en 3,4% la inflación de este mes.
Dólar: ¿la inflación del 3% mensual alcanza?
La cuestión central, a la hora de hablar de los precios, refiere a si al Gobierno le alcanza con que el IPC se mantenga por encima del 3% mensual cuando el dólar oficial sube al 2%.
Si sigue así, la sensación de que el tipo de cambio se abarata mes tras mes luce inocultable. La historia económica reciente indica que con un dólar atrasado, en algún momento esa dinámica se corta en forma abrupta.
Por primera vez en 90 días, la inflación de los alimentos terminó septiembre con un descenso respecto del mes anterior. Para las principales consultoras económicas, los precios de la canasta básica cerraron por debajo el 4%, e incluso pudieron acercarse al piso del 3% mensual.
De ahora en más habrá que monitorear qué hará el Gobierno para bajar ese nivel.
Lo más probable es que se pongan límites a las actualizaciones de las tarifas y al resto de los precios regulados, como en el caso de los combustibles. De hecho, este mes ya decidió una rebaja de las naftas del 1%.