Veto al financiamiento universitario: pese al gesto de Macri, la oposición está muy cerca de asestarle un golpe al Gobierno

El veto total del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento de las universidades entró en una cuenta regresiva hasta el próximo miércoles, cuando se espera que la Cámara de Diputados sesione para insistir con su sanción. En ese contexto, el expresidente Mauricio Macri envió ayer un guiño al Gobierno al afirmar que “la UBA enfrenta una crisis de transparencia”, ya que “desde 2015 no ha presentado ni una sola factura”.

“Lo cierto es que acá no se está discutiendo la autonomía universitaria –afirmó Macri en la red X–. Tampoco se está cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento. Lo que realmente está en disputa es ‘la suya’: la parte del presupuesto que se desvía hacia la política”.

La voz de Macri cobra particular relevancia en estos momento en los que la Casa Rosada apuesta a mantener el rechazo de la mayoría del bloque de diputados de Pro como parte de su estrategia para blindar el veto a la ley, difundido el último jueves, pocas horas después de la fuerte marcha en respaldo de las universidades registrada en la Capital Federal y en varios puntos del país.

Para poder sostener su decisión, Milei necesita que al menos un tercio de la Cámara baja, unos 86 votos, rechace la insistencia en la ley que impulsan los principales bloques de oposición, como la UCR, el kirchnerismo, Hacemos y la Coalición Cívica, entre otras fuerzas, que pidieron una sesión especial para el miércoles, a las 11. Queda claro que con el apoyo de Pro no alcanzaría, pero sin un apoyo cerrado de la escudería amarilla la Casa Rosada no tiene forma de evitar lo que sería un duro revés político.

Si el Poder Ejecutivo no logra sacar de la manga una jugada como la que le permitió blindar el veto a la ley de recomposición de las jubilaciones, cuando logró cooptar a cinco diputados de la bancada de la UCR para que se sumaran al rechazo a la insistencia, se expone a que la insistencia se convierta en realidad.

Esto es así porque en el Senado el proyecto se convirtió en ley con más de los dos tercios de los votos y las señales que llegan al despacho de la vicepresidenta Victoria Villarruel y sus colaboradores del área parlamentaria es que no hay muchas posibilidades de que el escenario cambie ante la eventualidad de que, una vez superada la prueba de Diputados, la Cámara alta deba definir si por primera vez en muchos años el Congreso logra imponer su criterio por sobre el del Poder Ejecutivo.

Todas las miradas del Gobierno están puestas en el Pro, fuerza que en la Cámara baja no votó el proyecto y que en el Senado lo hizo dividido, pero ayudó a que en general la ley fuera sancionada con 56 votos a favor y tan sólo 11 en contra, números que superaron con holgura los dos tercios.

Marcha universitaria, veto de Milei y tensión: conflicto entre el Gobierno y la UBA

Hasta el momento en la escudería amarilla no definieron qué camino van a seguir, a pesar de que las horas posteriores a la marcha universitaria y al veto presidencial fueron prolíficas en reuniones y comunicaciones entre los líderes del partido y sus referentes legislativos.

En la mañana del jueves Mauricio Macri recibió en su casa de Acassuso a los senadores con el jefe de la bancada, Luis Juez (Córdoba), a la cabeza. Según coincidieron varios de los presentes en el desayuno, no se tomó ninguna determinación sobre el veto presidencial.

“No hubo una definición sobre ese tema, la reunión fue para tener una mayor coordinación con el bloque de diputados y tener cierta coherencia, porque cada uno votaba lo que quería”, precisó un legislador.

Este domingo, en su cuenta de X, Macri consideró que “en este momento bisagra de la historia argentina debemos aspirar a universidades que formen los recursos humanos que el país necesita para enfrentar los inmensos desafíos que tenemos por delante. Es crucial fortalecer las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), que son verdaderamente estratégicas”.

Concluyó entonces que la defensa de la universidad pública, su acceso libre, gratuito y democrático “requiere poner fin al uso político de los recursos universitarios”. No dijo explícitamente, sin embargo, cuál es su postura ante el veto de Milei.

Con la mira puesta en coordinar acciones, Pro ya había convocado a una reunión para el próximo martes, a las 16, entre los líderes parlamentarios y los gobernadores para definir una estrategia. Ese encuentro será, entonces, clave para conocer el camino que seguirá Pro de cara a la sesión especial reclamada de manera coincidente por casi todos los bloques de la oposición para el miércoles 9 de octubre a las 11.

A priori, el escenario no se presenta favorable para el Gobierno. “El Presidente va a tener que replantearse la estrategia de vetar las leyes que no le gusta; acá no tiene ninguna chance”, le dijo a LA NACION un senador de claro alineamiento con la Casa Rosada que se mostró dispuesto a cambiar su voto y apoyar la insistencia.

En el radicalismo la situación parece estar más clara. Con la educación considerada como una de las banderas partidarias, el alineamiento del centenario partido detrás de la insistencia en la ley no tiene marcha atrás. Lo dijo el jefe de la bancada de la Cámara baja, Rodrigo de Loredo (Córdoba), cuyo bloque hizo punta en pedir la sesión especial para rechazar el veto de Milei.

“Se está conversando”, fue la escueta definición del cordobés cuando le preguntaron cómo iban a votar los cinco miembros de la bancada que ayudaron al Gobierno a blindar el veto del Poder Ejecutivo a la recomposición de las jubilaciones, la ya famosa epopeya de los “87 héroes”, mote con el que denominó Milei a los diputados que lo ayudaron a mantener su veto sobre aquella ley.

Cuatro de esos cinco diputados (el quinto no está afiliado) fueron suspendidos en su afiliación por haber cambiado su voto –habían apoyado la iniciativa cuando se trató por primera vez– y pesa sobre ellos un pedido de la Convención Nacional para que el Tribunal de Ética del partido decida una sanción definitiva, que podría llegar hasta la expulsión.

Como si esto fuera poco e impulsada por el presidente del partido, el senador Martín Lousteau, el Comité Nacional lanzó el pasado 25 de septiembre una dura advertencia ante la posibilidad de que se repitan defecciones como la de las jubilaciones.

Tras recordar que el financiamiento universitario fue aprobado “sin que se registrara ningún voto radical en contra”, la Mesa Nacional de la UCR instó “a que los bloques parlamentarios nacionales sostengan esa postura, estén presentes en el recinto y voten en contra del anunciado veto del Presidente”. La postura fue ratificada en otro comunicado emitido el último jueves, ya con el veto presidencial convertido en una realidad.

En un gesto por calmar las todavía tormentosas aguas del radicalismo, De Loredo intentó mostrarse contemplativo con los diputados cuestionados y recordó que, si bien toda la atención se la llevaron sus correligionarios, “fueron 30 los diputados que cambiaron su voto” a la hora de insistir con la ley de jubilaciones.

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