Este sábado 5 de octubre el estadio River Plate se prepara para vibrar con la cuarta visita de Paul McCartney a Buenos Aires. A sus 82 años, el Beatle regresa al país como parte de su gira Got Back, que logró convocar a miles de seguidores en cada una de sus paradas alrededor del mundo.
El ambiente que rodea al estadio desde temprano es el reflejo del inmenso poder de convocatoria de del ícono inglés que sigue uniendo generaciones. Familias enteras, jóvenes que descubrieron a The Beatles a través de sus padres, y aquellos que crecieron escuchando Wings o los discos solistas del británico, se congregan con la emoción de ver nuevamente a uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos.
Los fans más acérrimos llegaron temprano a las inmediaciones del Monumental. Los hermanos Jorge y Héctor Vellano, de 72 y 68 años, siempre amaron a Paul: “Para mí es la sexta, o séptima vez. Porque él vino cinco veces, pero yo estuve, de las primeras que vino en el ‘93, estuve los tres días, viernes, sábado y domingo en River”, comentó Jorge, de 72 años. “Lo vimos en La Plata, lo vimos de nuevo acá en River, lo vimos en el Campo de Polo…”, añadió Héctor, de 68 años. “Nuestros hijos no son fanáticos, reconocen, pero les gusta. Así que somos toda la familia. Ellos vienen dentro de un rato, pero nosotros no aguantamos las ganas”, remarcó Jorge, entre risas.
El barrio de Núñez está bloqueado para autos, como es habitual en este tipo de megaeventos. Los admiradores recorren a pie los distintos accesos habilitados. Las calles cercanas al Monumental están colmadas de personas que intercambian anécdotas, compran recuerdos y sueñan con lo que será la noche.
Carlos Parodi, que luce con todo orgullo la gorra del primer show de Paul McCartney en Argentina, en 1993, cuenta que sigue a los Beatles desde que tenía 12 años y admite ser, ante todo, fanático de Paul. Esta es su quinta vez en un concierto de Macca, pero asegura que se sigue emocionado cada ve y escucha a Paul. Sabe que mucha gente “no entendería” su emoción, después de tantos años, pero para él, además de la música, “las historias que canta, lo que dicen las letras, es hermoso”.
A pesar de sus 82 años, McCartney sigue manteniendo una conexión única con su público, que se prepara para cantar a coro himnos de varias épocas.
En las calles cercanas a River, la expectativa es enorme. A medida que el público va despejando los ingresos y el estadio se va llenando, se percibe la emoción que crece minuto a minuto. En la entrada principal, las familias avanzan lentamente, entre risas y charlas sobre cómo vivieron los shows anteriores de McCartney en el país.
A medida que avanza la tarde, el Monumental se va llenando de colores, banderas y recuerdos que los asistentes traen consigo. Los entusiastas de Sir Paul saben que cada show es histórico. Esta nueva gira no es solo una celebración de la carrera de uno de los artistas más importantes del siglo XX, sino también una oportunidad para reconectar con las canciones que marcaron la vida de millones de personas alrededor del mundo.Entre los favoritos del repertorio, además de los clásicos de The Beatles, no faltarán temas de su carrera solista y de Wings, como “Live and Let Die” o “Band on the Run”.
El espectáculo, que está programado para durar alrededor de tres horas, promete incluir más de 30 canciones, un recorrido por la increíble carrera de McCartney que abarca más de seis décadas. No solo habrá lugar para los clásicos de The Beatles, sino también para sus grandes éxitos como solista y temas de Wings. Macca estará acompañado por la fiel banda que lo secunda en otras giras: Abe Laboriel Jr. en batería, Paul “Wix” Wickens en teclados, Rusty Anderson y un clásico: Brian Ray.
“Mi primera y última vez”
Mientras caía la tarde en Núñez, Alicia Morgade, desde su silla de ruedas y acompañada por sus hijos, no ocultaba su emoción: “Es la primera y la última vez que lo voy a ver. Reconozco que me gustaban más los Beatles que las carreras que luego hicieron todos por separado. Pero Paul siempre fue mi Beatle favorito. Por eso estoy hoy acá”, le dijo a LA NACION.
Un grupo de amigas vino de Río Negro para escuchar a Macca por primera vez: “Somos de General Roca, llegamos ayer a las 7 de la tarde, es la primera vez que vemos”, dicen a coro Silvia, Rocío, Natalia y Daniela. Y no se ponen de acuerdo sobre la canciones que esperan escucha esta noche: “Para mí, ‘Yesterday’”, dice una, mientras otra agrega: “Espero que cante ‘Let It Be; sí o sí”. Todas ríen a carcajadas y se van, camino a su puerta de ingreso.
Con las luces del estadio listas para encenderse y el sonido afinado para lo que será una noche inolvidable, la energía entre el público se siente en cada rincón. El show de Paul McCartney en Buenos Aires no es solo un recital, es un evento que trasciende edades y fronteras, y que confirma, una vez más, por qué sigue siendo un ícono mundial a los 82 años.
A medida que pasa la tarde y se acerca la hora del inicio del show -a las 19 abrirá Luz Gaggi- la ansiedad se transforma en expectativa pura. Mientras tanto, la gente sigue llegando, con ticket en mano y la mirada fija en las puertas del Monumental.
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