Entre los miles de asteroides que pululan cerca de la órbita de la Tierra, las minilunas pueden ser la mejor herramienta para que la comunidad científica mundial pueda, finalmente, dilucidar los secretos del pasado de nuestro sistema solar. Así se desprende de un reciente estudio elaborado por el profesor de Ciencias Planetarias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos, Richard Binzel, que fue publicado en el portal WordsSideKick.com
«Las minilunas probablemente hayan tenido una especie de experiencia de pinball en el sistema solar interior, siendo rebotadas y arrastradas por los diferentes planetas y, finalmente, se encontraron de tal manera que fueron arrastrados a una órbita algo circular cerca de la Tierra«, explicó el especialista.
“La recolección de muestras de minilunas podría ayudar a mitigar algunos problemas importantes en la investigación actual de los asteroides. En la mayoría de los casos, los científicos estudian trozos de asteroides que han caído a la Tierra en forma de meteoritos que, según creen los científicos, si bien pueden brindarles valiosa información acerca de la composición temprana del sistema solar, también pueden ser muy complicadas de estudiar dependiendo de las condiciones en las que se encuentran”, agregó Binzel.
En cuanto al origen de las minilunas –llamadas también cuasilunas-, si bien los científicos no están absolutamente seguros de dónde vinieron, una de las teorías más aceptada por la mayoría de ellos sugiere que se originaron en el cinturón principal de asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter.
Al respecto, cabe recordar que en el año 2019, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró obtener muestras del asteroide Ryugu, con forma de diamante, que está ubicado a más de 322.000.000 de kilómetros de la Tierra, las cuales, tras ser minuciosamente analizadas, revelaron que la roca espacial contiene polvo de estrellas muy anterior a nuestro sistema solar.
“Los asteroides cercanos a la Tierra son similares a cápsulas del tiempo y nos dan indicaciones de cómo era el sistema solar primitivo y cuáles eran las condiciones”, señaló Paul Abell, científico jefe de Exploración de Cuerpos Pequeños de la NASA
“Y las compañeras temporales, llamadas ´minilunas’, pueden ser el mejor lugar para descubrir estos secretos que tanto desvelan y todavía no logramos conocer acerca del origen de nuestro sistema solar”, concluyó el científico.