«Es imposible calcular cuantas ratas hayen una ciudad como Buenos Aires»

El reciente incidente televisado «live» en el que una rata corrió entre los pies de las máximas autoridades de la ciudad de Buenos Aires durante una conferencia de prensa hecha en una calle del barrio de Retiro, puso en la discusión pública el tema de la convivencia de las ratas y las personas.

«En nuestro país hay principalmente dos especies de ratas que conviven con nosotros y es algo que se da a nivel global, en todas las grandes ciudades. Se trata de la llamada «rata del tejado» o negra (Rattus rattus) y la rata parda o noruega (Rattus Novegicus)», le explicó a PERFIL la doctora Olga Suárez, directora del Laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos.

Hantavirus: dónde vive el ratón colilargo que transmite las distintas cepas

Según esta experta que trabaja estas temáticas hace casi tres décadas, «resulta imposible estimar la cantidad de ratas que habitan ciudades grandes, como Buenos Aires. Entre otras cosas porque es una cifra que cambia todo el tiempo«, explicó Suárez. «Es que los números poblacionales de las ratas dependen de las condiciones meteorológicas, de la disponibilidad de comida (típicamente basura) y también de los espacios adecuados que encuentren para reproducirse. Por ejemplo, si hay más lugares con pastizales altos o se acumula basura, se favorece mucho su reproducción porque tienen más y mejores recursos a su alcance». Son muy eficientes a la hora de consumir recursos (principalmente basura orgánica) aportados por el hombre y están muy adaptadas a la vida urbana y los residuos orgánicos que se desechan.

Según explicó esta investigadora principal del Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, «las poblaciones de ratas que encontramos en Buenos Aires son básicamente dos especies exóticas, animales originarios de Asia que se expandieron a Europa y, según varios registros, posiblemente, llegaron a América como polizontes de los barcos de la colonización española. A estas dos usualmente se le suma otra especie de roedor conocida como «laucha doméstica».

Originalmente biólogos clasificaban a estas tres especies como «comensales«, una forma de interacción biológica en la que uno de los intervinientes obtiene un beneficio mientras que el otro no se perjudica ni se beneficia, pero actualmente las denominan «sinantrópicas«, ya que utilizan recursos de espacios habitados por el hombre, causando a veces daños como contagios de enfermedades o roer cables de servicio.

Sin predadores

Como las ratas urbanas que viven en el AMBA son especies exóticas tienen muy pocos predadores naturales que contribuyan a controlar su población. «Por eso se vuelven plaga porque tienen mucha oferta de alimento y una limitada presión biológica por predación ya que son pocas las especies aves rapaces en la ciudades y básicamente el hombre, quien recurre a diversos venenos. Pero esta forma de control puede ser peligrosa porque puede afectar a otras especies, contamina ambientalmente y no es algo sustentable».

Sin embargo, los expertos sí recomiendan recurrir en forma previa a alguna estrategia de desratización efectiva, con algún producto químico, antes de hacer la limpieza de un espacio con basura y muchos restos acumulados a lo largo del tiempo, tal como ocurrió en recientemente en un predio abierto de Retiro, donde funcionaba una feria ilegal.

¿Puede una rata trepar a nuestra cama o a la cuna de un bebé?

La idea de este procedimiento preventivo es que, al concretar la remoción de escombros y basura los roedores no se desperdiguen en forma desordenada por los alrededores. De hecho, esto es una precaución importante porque estas dos especies son conocidos reservorios de bacterias y virus peligrosos como la leptospirosis y de muchos parásitos intestinales que pueden causar enfermedades graves en chicos y en adultos. Incluso hay evidencia que sugiere que pueden ser reservorios del virus SARS-CoV-2, responsable del Covid-19.

Para controlar las poblaciones de rata en forma realmente efectiva, los expertos recomiendan hacer hoy un manejo ambiental correcto: una política de prevención que incluya un buen manejo de la basura y del reciclado; evitar desperdicios en las alcantarillas y cortar pastizales en espacios baldíos. Y, también, antes de intervenir un predio para una construcción o limpieza, concretar alguna desratización puntual efectiva.

Finalmente, también es posible ver indicios de que el aumento de la pobreza y un correspondiente un empeoramiento en el manejo de la basura genera –en el corto plazo– un aumento de la densidad de las poblaciones de rattus en las ciudades.

Más Noticias

Noticias
Relacionadas

Con un tobillo inflamado, a los 8 años le diagnosticaron una enfermedad poco frecuente: Saber que no podíamos curarla fue muy fuerte

>LA NACION>Lifestyle8 de octubre de 202402:115 minutos de lectura'Cuando...

Tras el devastador paso de Helene, la costa este de Florida tiembla ante la llegada del huracán Milton

MIAMI.- Una corrida contra reloj. Esta vez, no se...

Murió Cissy Houston, emblemática cantante de gospel y madre de Whitney Houston

Durante décadas, demostró que tenía talento, carisma y la...