En medio de una furiosa discusión paritaria, el gobierno de Santa Fe dio a conocer una serie de datos del 2023 que abrieron un nuevo debate. Durante el viernes, cuando el gremio de los docentes de escuelas privadas anunciaba que harán un nuevo paro el jueves 7 y el viernes 8, desde la Casa Gris se publicó un documento con estadísticas de ausentismo del último año, con información que resulta increíble: entre otras cosas, que los maestros y profesores pidieron 18 mil días de licencia para “cuidar suegros”.
De acuerdo a la información brindada por el gobierno santafesino, el ausentismo de los docentes durante 2023 fue del 32,5%. Por esta razón, el Estado debió gastar 100 mil millones de pesos más en pagar suplencias. “Esos 100 mil millones de pesos equivalen a dos masas salariales mensuales. Proyectado a 2024, ese costo ascendía a a 250 mil millones, pero ya tomamos medidas para revertirlo», advirtió el gobernador Maximiliano Pullaro.
Pero el dato que mayor debate generó fue la cantidad de días de licencias para Cuidado de Familiares: en ese rubro, hubo 18 mil días solicitados para “cuidar suegros”, 11.300 para “tíos” y 3.000 para estar a cargo de “sobrinos”. “Frente a esta situación, se dispuso que en 2024 se cumpla con la normativa vigente, que sólo habilita pedir licencia por cuidado normativa vigente, de padre, madre, hijos y pareja”, argumentaron desde Provincia.
Según Pullaro, “el ausentismo en nuestra provincia duplica y hasta triplica a los de otras provincias”. Dijo, además, que por los docentes que no fueron a trabajar, Santa Fe debió tomar un 25% más de personal. «Por la misma situación en Provincia de Buenos Aires se necesitó un 12 % más”, comparó el gobernador durante la presentación del programa Abre Escuelas.
Mientras que Sadop (Sindicato Argentino de Docentes Privados) ya tiene definida su medida de fuerza, Amsafe (Asociación del Magisterio de Santa Fe) lo hará el lunes. Todavía los gremios no respondieron al debate del ausentismo que instaló el Gobierno.
“No todos los reemplazos son injustos. Hay personas que por la función tienen problemas de salud. Entendemos también que algunos puedan, en algún momento, tener que cuidar a algún familiar, pero creemos que al no haber controles en los últimos cuatro años se cruzó la línea y se quebraron límites”, dijo Pullaro. Y concluyó: “Las irregularidades no son culpa de los docentes. Quiero ser muy claro: es culpa del sistema, porque acá hubo un sistema que permitió esto”.
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